El despertar de las flores

La poesía, como la prosa, es una forma de lenguaje. La poesía, como la prosa poética, es una forma de lenguaje dirigida al corazón. Para el autor, la alegoría, el verso, la prosa poetizada, es una suerte de lenguaje del alma que surge de la misma y a la misma se dirige. No solo es una forma de comunicación entre el escritor y el lector, pues puede suceder en una estancia diferente de la conciencia y llevar al lector a profundos y cristalinos paisajes internos.
Cree Miguel Ángel del Puerto que, aquello que nos distingue de otras especies, el sentimiento y la experiencia espiritual, puede movilizarse a través del verso místico, por sugerente y revestido de un lenguaje simbólico, y de la prosa mística, por las mismas razones, pues se alejan de lo aparente y balbucean en lo que no tiene tiempo, ni forma, pero tiene sentido más allá de todo tiempo y de cualquier forma.
Esta obra intenta expresar y manifestar (a través de verso y prosa poetizada) el sueño lúcido de lo que somos, más allá del sueño profundo que significa vivir. Y los utiliza como una forma de llevar al lector a otras estancias de su propia realidad, sin duda trascendentes, y de la realidad, sin duda espiritual, a través de la senda de la poesía y de la prosa místicas, con la seductora ayuda de la lírica.